Hoy, 31 de mayo, es el Día Mundial SIN TABACO. Impulsado por la OMS (Organización Mundial de la Salud) se celebra cada año para informar al público sobre los peligros del consumo de esa sustancia, sobre las prácticas comerciales de las empresas tabacaleras, las actividades de la organización para luchar contra esta epidemia(*1) de consumo y recodar todo lo que cada uno de nosotros puede hacer para luchar por su derecho a la salud y a una vida sana.
El tabaquismo (*2) siempre estuvo en mi vida dando vueltas. Agradezco a mis padres, que no llenaban las habitaciones de humo, que casi nunca se mostraron fumando ante mi, que no me hicieron verlo como algo natural, que lo dejaron de consumir a mi corta edad, y que siempre lo repudiaron. Pero igual fue y es parte de mi vida. Se llevó a dos de mis familiares más cercanos, y eso es para siempre.
Además, aunque de adolescente fui consciente y siempre pensé en no probarlo nunca, terminé haciéndolo. Claro, salía de noche y fumaba en los boliches: aunque no lo quisiera, el aire estaba contaminado. Terminé juntándome con tal o cual, que me hizo probar, y así empecé. Afortunadamente, así también lo dejé: siempre supe que tenía fin en mi vida y que apenas se empezara a hacer algo regular, lo sacaría así como entró.
A pesar de esto, al día de hoy el humo sigue presente: mi pareja fuma. Hace años que lo hace y que no lo puede dejar, aunque intenta incansablemente. Una vez más me enfrento con ese monstruo silencioso.
Creo que un día como hoy podemos celebrar haber pasado de habitaciones llenas de humo, a lugares libres de cigarrillo, y el hecho de que estas medidas hayan sido tomadas en pos de la salud pública, y a costa de de las tabacaleras.
Es así como pasamos de soportar esto
A disfrutar de esto
Así todo no hay que olvidar que aún mucha gente es presa de este vicio, y que los cigarrillos se siguen vendiendo, y que un adicto paga cualquier precio, incluso en situaciones de recursos escasos.
Sigamos luchando por no fumar, ni el propio ni el cigarrillo del de al lado. Luchando por hacer al otro entrar en razón. Por concienciar.
(*1) Datos y cifras
El tabaco mata a la mitad de sus consumidores.
Cada año, más de 8 millones de personas fallecen a causa del tabaco.
Más de 7 millones de estas defunciones se deben al consumo directo y alrededor de 1,2 millones, consecuencia de la exposición involuntaria al humo del tabaco.
Cerca del 80% de los mil cien millones de fumadores que hay en el mundo viven en países de ingresos medianos o bajos.
Una de las principales causas de muerte, enfermedades y empobrecimiento La epidemia de tabaquismo es una de las mayores amenazas para la salud pública que ha tenido que afrontar el mundo. Mata a más de 8 millones de personas al año, de las cuales más de 7 millones son consumidores directos y alrededor de 1,2 millones son no fumadores expuestos al humo ajeno. Casi el 80% de los mil cien millones de fumadores viven en países de ingresos medianos o bajos, donde la carga de morbimortalidad asociada a este producto es más alta. El tabaquismo aumenta la pobreza porque los hogares gastan en él un dinero que podrían dedicar a necesidades básicas como la alimentación y la vivienda. La fuerte dependencia que causa este producto dificulta que se puedan corregir ese gasto.
(Fuente: OMS, 26 de julio del 2019)
(*2) El tabaquismo es una adicción a la nicotina del tabaco. En la mayoría de los casos, se produce a través del consumo de cigarrillos y con menor frecuencia a través del consumo de habanos, cigarros, pipas y otros. Se considera fumador a quien ha fumado al menos 100 cigarrillos en su vida y actualmente fuma todos o algunos días. (Fuente: Ministerio de Salud de Argentina).