top of page
  • Foto del escritorjustdali

¿Cómo serían sus vidas si todo hubiera seguido como antes?

¿Lo piensan en estos días? ¿Se lo imaginan? ¿Ven algo peor o mejor?

La realidad es que es imposible saberlo, pero imaginarlo no. Volver al 10 de marzo y pensar cómo hubieran seguido las cosas en nuestra vida de poder haber hecho lo que teníamos planeado.


Yo hubiera seguido en mi rutina de trabajo: sábados, domingos, lunes y martes, incluye feriados. Full time atendiendo un local en Palermo.

Miércoles: Facultad de 9 a 22 hs.

Jueves: Trabajo de oficina (mi segundo trabajo) y después facultad a la noche. De Recoleta directo a Tigre sin parar.

Viernes: 8 hs de "respiro" mientras haya sol y facultad nuevamente al caer la tarde.

Horario de cena estimado: 11 hs.

Al otro día arriba a atender al local.


¿Sacrificio? Sí.

¿Descanso suficiente? Nooo, ¿cuándo querés que me reciba, a los 35?

¿Tiempo de aseo? Muy escaso. Es lo que hay.

¿Llego a fin de mes? No siempre, pero ah! Tengo tarjeta de crédito! Puedo procrastinar.

¿Tiempo para ver a la famila? JA. ¿Una vez al mes es muy poco?

¿Tiempo para los amigos? See, algún audio mientras estoy en el bondi.

¿Ejercicio? Mmm, debería, quizás si voy al trabajo en bici.


ESO iba a ser lo NORMAL para mi. Esos eran mis súper planes para conseguir quizás algo, algún día cuando me paguen más, o logre lo mío, o finalmente baje la inflación.


Mi rutina incluía comer afuera todo el tiempo: barato, snacks.

No se ni en qué momento tenía pensado estar con mi pareja (con quien convivo), probablemente nos veríamos cada vez menos y se empezaría a ir todo a la mierda.

Desesperada por hacerme tiempo para ver a mis amigos, a mi familia, porque hey, lo necesito ¿no?. Encontrarme con ellos a pesar mi cansancio mortal, y llena de culpa porque debería estar estudiando...


Y así era cómo pensaba pasar estos meses, un plan concebido como una combinación justa de tiempos para poder hacerlo todo, modelo ideal de sacrificio del siglo XX para llegar a fin de mes y tener un título, "ser alguien en la vida", enfermándome de cansancio y culpando al frío de mayo. Gastando lo que gano en comer afuera, en resolver rápido, en comprar cualquier cosa al precio que se le ocurra al comerciante porque no tengo tiempo de ir de mercado en mercado viendo quién me cobra el pan lactal más barato.


Estudiar y trabajar y estudiar y trabajar, porque no, no tengo tiempo para otra cosa. Es lo que hay que hacer si querés ser alguien.


 

¿En cambio qué sucedió?

Un domingo en vez de ir al local me dijeron que me quede en casa. Tuve suerte, todavía no era obligatoria la cuarentena, mis jefes nos estaban protegiendo.

Mi trabajo de oficina se suspendió hasta nuevo aviso. La facultad se postergó. Nadie sabía qué iba a pasar con nada.

STOP. Coronavirus: el único salvavidas de una vida alocada.

De no tener tiempo con mi pareja a tenerlo todo.

De comprar pan lactal a hacerlo, por primera vez. Saber qué tiene, quién lo hizo.

De comida comprada y frita a casera.

Del supermercado grande y masivo al de barrio, local, chico, a pulmón.

Del tren en donde tengo que empujar para entrar a no tener a nadie respirándome cerca.

De ir de una punta a la otra, corriendo, atropellando (porque cada segundo vale), a estar siempre en casa. A ir como mucho acá a una cuadra, caminando a mi paso, después de haber desayuno temprano pero tranquila.

Dejemos el tapabocas de lado, la desinfección y el nuevo protocolo donde nunca nadie le había dado tanta importancia a la lavandina o lavarse las manos o cuidar de no escupir al otro: ¿Qué parece más normal? ¿Mis súper planes de conquista o trabajar desde casa, donde el tiempo del viaje lo invierto en dormir un poco más o en desayunar? Dónde en ese momento no tengo que salir corriendo, y en cambio le doy un beso a mi novio, lo miro a los ojos y le digo cuánto lo amo. Donde él habla por primera vez por videollamada con una amigo que no ve nunca porque está en Bahía Blanca, y nunca antes se les había ocurrido llamarse y verse así. Donde por primera vez escuchamos silencio! De noche, de día. Duermo tranquila.

¿Qué es normal?

¿Qué es llevar una buena vida? ¿Cómo hacerlo, cuál es la mejor forma?

Lo viejo ya no funciona más. Hace mucho que no funciona pero parecíamos estar manejando un auto sin frenos, pero como el choque no nos rompía una costilla volvíamos a subirnos y volvíamos a chocar un millón de veces. ¡Todos lo hacían! ¿Me iba a quedar yo con una vida más tranquila? Si lo hacía corría el riesgo inaceptable de convertirme en una freaky ermitaña.

Ya está. Es hora parar, de hacer las cosas de una forma nueva y distinta.

De salir de agujero del subte y tomar un poco de aire.

Es hora de re-pensar, re-planificar, re-plantear(nos).



Foto: Matias Cesari (lo encuentran en instagram como @mat.cesari).

16 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Quién soy

bottom of page